Mitchele Vidal | @imagenesurbanas

viernes, 22 de agosto de 2008

3 LIBROS VENEZOLANOS

Nada tienen en común 3 de los títulos que he leído en fila durante el último mes, salvo que, fueron escritos por 3 venezolanos.
Antes de pasar a comentarlos puntualizo –una vez más– que no me impulsa el ánimo de la crítica literaria. Mal puedo yo, lectora tardía y desordenada dictar cátedra sobre qué leer. Apenas me anima compartir la huella que en mí dejaron y que perdura como el aroma del tamarindo o esa cicatriz que persiste aunque ya no duela.
Como imprescindible aclaratoria declaro: que el orden de los autores no altera el producto. Sin embargo, primero las damas.

Milagros Socorro firmando ejemplares de El abrazo del tamarindo en la Librería Las Musas
EL ABRAZO DEL TAMARINDO / Milagros Socorro / Alfaguara
Cada domingo con la llegada de El Nacional mis manos vuelan hasta las páginas de opinión donde Milagros, haciendo buen uso de la literatura, diserta sobre nuestra realidad política. A esta periodista nacida en Maracaibo que durante los últimos años ha dictado con éxito un taller de formación de cronistas, no le tiembla el pulso al poner el acento en los desmanes del gobierno y sus ejecutantes.

Pero en esta reciente novela un lenguaje cálido, pleno de inocencia y de poéticas imágenes es el que se desborda en boca de una adolescente perdida en San Fidel de Apón, un pueblo fronterizo con Colombia. Es ella quien narra sus vivencias rodeada de muchachas de servicio venidas de aquellas tierras para buscar en éstas el sustento de sus familias. Sabe de sol esta zuliana, de sábanas almidonadas y de ausencias maternas. Sabe de corrillos y despertares sexuales y se deja llevar por la música y los consejos de aquellas que, no siendo su familia, llenan sus tardes de risas y su boca de mangos maduros.

Los personajes de El abrazo del tamarindo son sencillos, puros; sin falsas poses ni ostentosos oropeles. Se mueven al son del vallenato y sudan bajo el sol inclemente. Sus vidas transcurren sin más sobresaltos que aquel de cruzar la frontera una vez al año o bailar hasta que el cuerpo aguante y el ron alcance.

Durante la conversación que mantuvieron Milagros Socorro y Salvador Fleján en Las Musas, la escritora no soltó prenda en cuanto a qué la impulso a escribir esta novela. Se limitó a decir, con un mohín de malacrianza, que la escribió hace mucho; entonces, la tertulia discurrió entre añoranzas de infancia y nostalgias del presente. ¿O acaso fue al revés?

Ana Teresa Torres apuntó en la contratapa de este libro: “…cualquier vida es un relato.” Humildemente agrego: lo es, sin duda, si se sabe narrar con pericia y riqueza en el lenguaje, y eso es algo que Milagros Socorro sabe hacer de sobra.
CICATRÍZ / Juan Carlos Sosa-Azpúrua / Planeta
Lo dijo el poeta y librero Alexis Romero en Las Musas sobre la primera novela de Juan Carlos Sosa-Azpúrua: “Esta es la mejor novela que se ha escrito en Venezuela desde País portátil.” Con esta sentencia y la no menos aguda afirmación de que el escritor de marras parece más un galán que un escritor, se lanzó Romero a ensalzar la reciente obra de Sosa-Azpúrua.

Alexis Romero y Juan Carlos Sosa-Azpúrua en la Librería Las Musas.
Abogado, graduado en Harvard, experto petrolero y autor de numerosos artículos sobre economía y política en varios diarios de publicación nacional, se estrena con esta novela de 330 páginas donde los límites entre realidad y ficción se diluyen. El lector decide. Los personajes deambulan por Caracas, Moscú, Washington y otras ciudades desde donde se mueven los hilos del poder y que el autor ha padecido desde las entrañas de este monstruo global.

Armada como un puzzle este rompecabezas literario va complicándose a medida que las vidas de sus numerosos personajes se entrelazan sin dejar cabos sueltos.

Durante la presentación Juan Carlos nos cautivó con su historia detrás de la historia: La defensa de algunas de las víctimas de la marcha que llevó a la oposición hasta el palacio de Miraflores lo condujo a la OEA y al centro Carter lugares míticos de dónde salió devastado. Exorcizar esos demonios fue lo que lo motivó a escribir esta novela que tiene mucho de nosotros los venezolanos, y de cómo se tejen a nuestras espaldas todo tipo de componendas en las que los afectados son los últimos en enterarse.

Llena de suspenso y muy bien estructurada me mantuvo el alma en vilo y, cada vez que llegaba al final de un capítulo, corría a devorarme el próximo.

Pero su ritmo exuberante, incansable, vital, no le resta en absoluto profundidad a sus aseveraciones. Juan Carlos escribió esta novela con la intensidad que un corredor se enfrentaría al maratón de Nueva York. Adrenalina pura. Sus personajes, desde los que emergen en las primeras páginas -sólo para hacer posible que aparezcan otros- hasta los verdaderos protagonistas están sólidamente construidos. Carne y hueso estremecidos de envidia, vanidad, lujuria, desconfianza, omnipotencia con pinceladas de ingenuidad, van y vienen a través de sus páginas.

Mención especial merece un capítulo dedicado a lo sucedido entre el 11 y el 13 de abril de 2002, donde cualquier parecido con la realidad es fruto de la febril imaginación del autor; más aún cuando la bruma que se ciñó sobre esos días -6 años después- sigue sin disiparse…

“El poder no tiene alma que censure ni corazón que sienta. El poder es cerebro que calcula y ambición que decide. El poder es colmillo que se clava, el poder es un vampiro insaciable.”
El verdadero protagonista de esta novela ¿y de la vida? es el poder. Aquel que lo dude, que tire la primera piedra.


CONTRESPEJISMO / Eduardo Liendo / Alfaguara
Echando mano a un lugar común diré que Eduardo Liendo no necesita presentación. Y es cierto. Este escritor nacido en Venezuela en el año 1941, activista político; escribidor de relatos de ficción y no ficción, que atesora éxito de público y de crítica, se ha hecho acreedor de numerosos premios siendo el último la creación de la biblioteca que lleva su nombre y que la editorial Alfaguara inicia con este título.

Contraespejismo es una maravillosa selección de relatos que además tienen la invaluable ventaja de haber sido corregidos, aumentados y compilados por el propio autor. El autor de El mago de la cara de vidrio –relato revelador del poder de la TV en nuestra sociedad– nos lleva a través de numerosas situaciones y personajes con deliciosa maestría. A ratos leemos y a ratos soñamos lo que leemos transitando sus páginas.
Un juego de “Matrusckas” magistralmente interpretado en la fotografía de portada, cuyo autor inexplicablemente no encuentro en Internet, que se pasea por cuentos olvidados en alguna gaveta años ha, y, que afortunadamente, fueron desempolvados por el autor para airearlos en esta antología de lo inédito –si es que vale el término-. Algunos de ellos verdaderas joyas del minimalismo literario como ese brevísimo relato del cuento perdido en las redes de la Red.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Hay un "leedero" en Bello Monte


La Parada Poética ya tiene locación. “La Factoría del Enano” desde el jueves conocida como “El Leedero” -gracias a una anécdota que contara su anfitrión- es el sitio elegido. Aymara Lorenzo y Georgina Ramírez tuvieron una idea: regalarle a Caracas una ocasión en que, con telón de fondo y micrófono incluidos, los poetas emergentes, escribidores y demás especies amantes de la lírica y la candencia de las palabras fueran a oír y dejarse oír por sus compañeros de afición. La convocatoria fue sencilla: el boca a boca de siempre y el nuevo “bits to bits"de Facebook.

Aymara Lorenzo y Georgina Ramírez brindando por la poesía

Pasadas las 7:00pm las copas colmadas de vino tinto, sureño, cálido, aterciopelado, fueron disolviendo el miedo escénico y acompañando con aplausos a los primeros que se lanzaron al ruedo a leer versos propios y ajenos. Variada la temática. El amor, el desamor, la muerte y la ciudad estuvieron presentes. Con una madrina de versos tomar: Edda Armas y junto a ella, sus fieles discípulos y algunos habitantes de nuestra ciudad ávidos de poesía, versos y buenas iniciativas que como ésta, suman voluntades para hacernos la vida más grata a quienes habitamos este valle de árboles.

El escenario, esquina abierta a la calle, dejó entrar al incesante ruido de la ciudad. Cornetas, voces, carros trepando el irregular asfalto y hasta el camión de la basura –o de la limpieza, tan añorada por estos días- ensamblaron la urbana música de fondo.




Cediendo a la insistente convocatoria Alejandra apuró un verso que copio más abajo. Adriana Bertorelli se puso medio sombrero, Eleonora Requena conjuró todas las formas de borrar a alguien del corazón y del cerebro. Y así, uno tras otro surgieron versos y poetas que ocuparon el espacio por más de dos horas. El abogado y poeta Gonzalo Himiob Santomé nos regaló dos ejemplares de su autoría: “Las otras lunas y el mundo” y “Crónicas del Rinoceronte del León y de los Avestruces”; de modo que gracias a su generosidad ¡hasta tuvimos regalo de salida! Las lentes de Luís Brito y Guillermo Suárez dejaron constancia gráfica de cada momento en la lectura y un hasta la próxima, cerró la entusiasta jornada.

Rompo el tacón de mis zapatos de bailarina
subo las cumbres colmadas de lágrimas
y arranco los afiches de mis penas.
Me atraganto de
rosas blancas
para mirar el mundo
de otra manera.
Tu cuarto desnudo esconde
egoísmo color rosa.

Alejandra Blanco Vidal

Desde aquí deseamos que se sumen leedores, poetas y escribidores a esta nueva aventura de la poesía y la ciudad.

domingo, 3 de agosto de 2008

Un altar para las armas

Me sorprendo incrédula. Mientras escribo estas líneas, varias horas después de hacer una grata caminata dominical por Las Mercedes, aún no estoy segura si lo vi o lo soñé, aunque aquí están las fotos para mostrar que no desvarío. Justo sobre el retiro de frente de CAVIM “Compañía anónima venezolana de industrias militares” hay un espacio dedicado a un primoroso altar a la Virgen de Coromoto.

Un poco raro, digo yo, o al menos contradictorio. Con una mano se reza y con la otra se maneja una compañía que se encarga de la explotación comercial de las industrias destinadas a la fabricación de Armamentos en Venezuela.
Debo reconocer que le tengo tanta alergia a las armas como a la tela camuflada, pantalones y chalecos forrados de bolsillos y todo tipo de ropa que “sugiera” algo que me recuerde milicias y militares, por eso, apenas vi la epidermis de la información que encontré en Internet. Claro, la página de esta compañía también dice que uno de sus oficios es la detonación de explosivos para abrir los caminos del progreso. O sea, pulverizar rocas y demás obstáculos naturales que se atraviesen a la apertura de autopistas y carreteras. Aunque sé que en esta última misión no han de tener mucho que hacer dadas las pocas vías que se construyen en nuestro país desde hace años.

En fin, que en el caos urbano de Las Mercedes a -Dios gracias- hay espacio para un altar, junto a una galería de arte; frente a un colegio de monjas, cerca de una disco-tienda; detrás de un restaurant, cerca de un carrito de perros calientes y de un edificio de vivienda. Usos mixtos, dirá un urbanista.

Con razón la página Web de la empresa mencionada reza: “…mucho más que armas”.

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