Mitchele Vidal | @imagenesurbanas

martes, 28 de octubre de 2008

La Tentación del VERDE

Atraídos no sólo por el sugestivo título que escogió la Fundación Centro de la ciudad para convocar a los amantes del espacio público sino por la necesidad que tenemos de disfrutar del verde, acudimos gustosos, una vez más, a la cita en el Espacio Plural del Centro Cultural Trasnocho a ver, oír y hablar del “verde, que te quiero verde” como decía García Lorca y que hoy, está más vigente que nunca.
Hania Gómez fiel defensora de nuestra ciudad se propuso con esta convocatoria mostrar a la audiencia –que en este caso rebasó la capacidad de la sala– las iniciativas más recientes en el tema parque-espacio público que se erige en las grandes ciudades para regalarles a sus habitantes lugares donde el disfrute del vacío, del contacto con la naturaleza sea posible en pleno corazón de la urbe.

Con una “puesta en escena” que permitía ver fotografías y planos junto a videos mostrando a la gente gozando de sus parques, los arquitectos paisajistas María Auxiliadora González Capiello, Maruja Hernández y Elías González conversaron acerca de los aciertos de cada uno de los espacios verdes seleccionados para esta ocasión. Cinco parques muy distintos entre sí pero que gracias a su relación con el entorno, la topografía, la flora y fauna propias del lugar y la presencia permanente del agua generan múltiples y gratas sensaciones en sus ocupantes. A continuación un brevísimo resumen de las características de cada uno de ellos.


Parque Diagonal Mar – Barcelona, España
Proyectado por el ya fallecido arquitecto catalán Enric Miralles y la arquitecta Benedetta Tagliabue, este parque conjuga en sus 14 hectáreas de extensión, toda la carga de diseño que caracteriza a esta ciudad mediterránea. La lúdica presencia del agua y sus grandes áreas de juegos de ingeniosa factura atraen por igual a niños y adultos. Su flora es la típica de la zona lo que favorece su mantenimiento y, las aguas –que salpican los laberintos metálicos concebidos por sus creadores– son recicladas, lo que lo convierte en un espacio auto sustentable.
Olympic sculpture park – Seattle, EEUU.
Enclavado en una antigua zona industrial de la ciudad costera de Seattle este parque fue concebido como un museo al aire libre. Se encuentra fuertemente delimitado por el trazado de la vía férrea y de una autopista. Su acertada implantación en un terreno de accidentada topografía le otorga un carácter geométrico signado por grandes planos de líneas rectas. Semeja una enorme flecha cuyas caras dan de lleno a la gran ciudad y al frente marítimo que la limita.

Millenium park – Chicago
Aquí no anduvieron por las ramas. Literalmente. El Millenium Park es la suma de todos los parques. Lugar de esparcimiento con grandes caminerías, zonas de agua, luz y sombra. Cuenta con tres joyas escultóricas que se disputan constantemente la atención de sus visitantes. El auditorio que tejió Frank Gehry sobre la grama alberga 4.000 personas sentadas y 7.000 de pie. Detrás del escenario se despliega una de esas brillantes y lujosas esculturas arquitectónicas a las que Gehry nos tiene acostumbrados. Por si fuera poco, el mismo arquitecto es el responsable de la enorme cinta que conjugando madera y acero serpentea hasta llegar a la plaza bicentenario. Desde allí se disfrutan las mejores vistas de la ciudad y del lago Michigan.

En otro extremo del parque una pieza creada por el artista español Jaume Plensa destila agua de las miles de bocas de igual número de ciudadanos de Chicago que fueron retratados por él, y que ahora cambian constantemente la faz de la fuente. Abajo, miles de niños y adultos disfrutan de esa especie de ducha al aire libre que sorprende con sus muecas de agua cristalina.

Pero eso no es todo. Una pieza que semeja una enorme gota de mercurio obra de la artista británica Anish Kapoor divierte a todos los visitantes que no cesan de verse reflejados en ella junto a los rascacielos de esta gran ciudad.

Parque del Agua - Bucaramanga, Colombia
En nuestra vecina Colombia y sobre lo que fuera el antiguo acueducto metropolitano se desarrolla este parque que se hizo acreedor del premio al mejor proyecto de paisajismo en la bienal de Quito del año 2006. Sin estridencias, sus 3,6 hectáreas de extensión están tratadas con materiales austeros y locales. La presencia del agua todo lo invade y la municipalidad les devuelve a los habitantes de la ciudad un hermoso espacio para el solaz esparcimiento y la contemplación de la naturaleza.

Parque Explora y Oquideorama – Medellín

Los arquitectos Felipe Mesa, Alejandro Bernal + JPRCR - Camilo Restrepo, J. Paul Restrepo son los autores del conjunto Orquideorama enclavado en el Parque Explora de la ciudad de Medellín. Sobre la poética de las formas hexagonales que irremediablemente nos recuerdan a los panales de abejas, estos arquitectos crearon espacios cónsonos con lo natural. Allí, bajo su amble sombra crecen orquídeas y otras especies vegetales. El Parque Explora también ofrece a la comunidad a la que sirve un conjunto de talleres de experimentación de tecnología especialmente diseñados para el uso de niños y jóvenes.

Estas propuestas urbanas son lecciones que debemos asimilar especialmente si quien las imparte, como en el caso de Colombia, es un país inmerso en una dramática situación interna y con menores recursos que el nuestro.
Estos parques son los espejos en que debemos vernos los ciudadanos para exigirles a nuestros gobernantes que cumplan con las funciones para las que fueron electos y doten de espacios públicos cónsonos con los ingentes ingresos petroleros que “hemos recibido” durante los últimos 10 años. Nos queda por delante el convertir a nuestra propia joya verde, La Carlota, en ese parque necesario y deseado por todos los caraqueños.

Fotografía: "Asómate a la plaza La Castellana" Arq. Olga Fuchs
El resto de las fotografías fueron tomadas de las pág. web citadas en cada uno de los link ofrecidos en el texto.

martes, 21 de octubre de 2008

ARQUITECTURA ANÓNIMA

“…La ciudad que aún no hemos terminado de construir y mucho menos de disfrutar, se encierra en sí misma y renuncia a la fachada. Es una ciudad privada. Las casas se enorgullecen por dentro e ignoran al paseante...”

José Ignacio Cabrujas “La ciudad escondida”

La piel de Caracas está erizada. De sus poros brotan cabillas, grúas y camiones de cemento. Después de varios años donde lo único que se construyó fueron centros comerciales –algunos de ellos verdaderos generadores de caos vehicular y ciertamente mezquinos con el tránsito peatonal– una nueva ola constructiva se lleva todo por delante. Y lo peor, es que la mayoría de esas edificaciones en ciernes no tiene autor conocido. O mejor dicho, arquitecto conocido.

Me refiero a que si bien en cada cuadra se levanta una barrera tras la cual se esconde el movimiento típico que genera una construcción, las vallas –si es que existen– no dan la mínima información para que el ciudadano que transita nuestras calles a pie o en carro sepa quién es el profesional responsable de la obra en gestación.

En un recorrido que hicimos tanto por las principales vías como por algunas calles y avenidas secundarias de nuestra ciudad capital, pudimos constatar el desarrollo de múltiples obras de futuro uso comercial, residencial, institucional y de oficinas, siendo el denominador común que la única información ofrecida al ciudadano –cuando la hay– sea la referida a la empresa comercializadora de dichos espacios, o la institución bancaria responsable del financiamiento. Estas vallas redundan en información sobre teléfonos, correos electrónicos y páginas Web de la empresa inmobiliaria, oficina de ventas y agentes de bienes raíces, pero nada o casi nada del equipo técnico que allí labora. Mucho menos del o los arquitectos creadores de las ideas y proyectos que darán vida a esos espacios. Mal síntoma.
Hace mucho tiempo que París, Barcelona, Madrid y la muy cercana Bogotá ostentan con sincero orgullo los nombres de quienes están haciendo de su ciudad un mejor lugar para vivir. Honor a quien honor merece. Y aquellos ciudadanos capitalizan esta información como un valor más a destacar dentro de lo que muestran a sus visitantes, y por qué no, a ellos mismos; usuarios respetados y respetuosos de sus activos arquitectónicos. La autoestima urbana existe y la estamos ignorando. Hemos pasado a ser testigos silentes de preocupantes intervenciones urbanas sin que sepamos a quién dirigir una queja, siquiera una inquietud. A continuación destacamos algunos ejemplos que consideramos suficientes para ilustrar nuestra situación actual.

Una verdadera ciudad satélite se está erigiendo al sureste de Caracas en varios puntos: por un lado en el sector conocido como La Limonera; por el otro, en Lomas de La Lagunita. En la suma de ambos sectores calculamos (aproximadamente, porque carecemos de información oficial al respecto) suficientes viviendas unifamiliares para albergar unos 80.000 habitantes. Adicionalmente, en el sector La Guairita se están levantando numerosas edificaciones multifamiliares sin que medie ninguna información de las constructoras y los profesionales responsables de estos desarrollos. Huelga decir, que en ninguno de los casos señalados están previstas las indispensables dotaciones de servicios viales, instalaciones sanitarias y eléctricas para satisfacer semejantes demandas. Las alcaldías a quienes están adscritas estas jurisdicciones han hecho mutis.

Por otro lado, las empresas que están acometiendo obras en terrenos que revisten una singular importancia para Caracas –verbigracia el ubicado al sur de la plaza Altamira y conjuntamente al que ocupaba el edificio Teatro Altamira– ignoran flagrantemente al ciudadano que ha sufrido durante todo este tiempo su largo proceso de demolición. Supimos, a través de una revista de arquitectura y no de las empresas o instituciones responsables de esta importante obra, que la edificación destinada a ocupar dicho terreno sería objeto de un concurso internacional de arquitectura.
Creemos que dicha información debió hacerse extensiva a los ciudadanos y no sólo al reducido grupo al que llega un medio especializado. Ahora sabemos que dicho concurso convocado por la Corporación Andina de Fomento (CAF) lo ganó la firma mexicana Productora. Nos alegra profundamente que entre las razones esgrimidas por el jurado calificador se encuentren además de la calidad arquitectónica y la eficiencia funcional, la integración de espacios públicos a favor de la comunidad. ¡Algo que realmente estamos necesitando los caraqueños! Afortunadamente, otro terreno de singular importancia –ubicado en la acera sur de la avenida Francisco de Miranda en La Castellana– muestra con orgullo una valla con amplia información sobre los usos mixtos (residencial, oficinas, comercial y turístico) para los cuales está previsto el proyecto en ciernes, ofreciendo además el nombre de la empresa de arquitectos que lo acomete: ODA Arquitectura. Celebramos que así sea. Un complejo conjunto de oficinas y comercios erigido sobre las ruinas de uno de los edificios que fuera referencia de lo mejor de la arquitectura de los años ’50 en Caracas, el edificio Galipán, en su valla informativa apenas da cuenta de los inversionistas financieros y los futuros usuarios. Nada sobre sus arquitectos y/o promotores. Para cerrar, citamos un caso que consideramos emblemático no sólo por sus considerables dimensiones e implantación, sino por su aporte urbano: el Millenium Mall. El equipo de profesionales que lo proyectó ha volcado generosamente los espacios internos de ese centro comercial a la calle y sus ocupantes, generando una gran plaza cubierta de cara a la avenida Rómulo Gallegos. Apostó además, por la integración con la plaza Miranda –lo cual conllevó a un re-diseño vial y peatonal– elevándola y horadando el espacio subterráneo para los estacionamientos. Aún sin ser inaugurado ha empezado a reconfigurar el tejido urbano que lo rodea. El río humano que por allí fluye sigue su cause hacia la estación del Metro. Lamentablemente, la única información que encontramos alrededor de esta gran obra que le regala a nuestra ciudad una nueva oportunidad de integrar la plaza pública y la privada, sólo nos lleva a la página Web que haciendo mención de las bondades urbanas de esta nueva edificación, asombrosamente no da ningún crédito a sus hacedores. La ciudad es un libro abierto en el que vivimos y respiramos. Imaginemos por un momento que al cerrar la última página, esa que nos dejó transitando las rutas de los personajes, aspirando sus perfumes, oyendo sus cadencias no supiéramos quién nos entregó el pasaje para recorrer esos mundos.

No olvidemos que los arquitectos construimos para la gente y hace falta sembrar en la gente las certezas sobre quienes están haciendo ciudad y quienes muy poco o nada están aportando al bienestar, más aún, al deleite de vivir en ella.
Este artículo fue publicado en la pág. Web del Colegio de Arquitectos de Venezuela www.cav.org.ve

sábado, 11 de octubre de 2008

Oriol Bohigas


Hablaré catalán
porque quiero decir
en tu idioma
montones de cosas…
Hablaré catalán
y me voy a aprender
un millón de palabras hermosas
Para entonces decir
qué bonito es Montjuic
y que gran catedral es Gaudí
...Hablaré catalán
Aldemaro Romero

El lunes 6 a las 7:00pm en el auditorio del IESA no cabía ni un alma. No era para menos. Comenzaba la anunciada conferencia magistral del arquitecto catalán Oriol Bohigas. Fue inútil la cordial invitación que hiciera la representante de la Fundación para la Cultura Urbana a los que estábamos de pie: “Si se dirigen a otro auditorio podrán ver la conferencia en regios monitores, cómodamente instalados”. Nadie se movió. No todos los días llega por estos lares un gigante de la arquitectura y el urbanismo así que había que verlo y oírlo en vivo y directo.

Bohigas venía precedido por sus candentes declaraciones a la prensa (en el post anterior, di cuenta de una de ellas publicada en El Universal). También se había reunido en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV con un grupo de estudiantes y profesores que le salieron al paso cuando disparó su tesis en contra de la autonomía universitaria. Mala puntería. Hace pocos días otras balas segaron la vida de dos estudiantes. El domingo, compartió con el aspirante del partido oficialista a la Alcaldía Mayor para las próximas elecciones y con algunos arquitectos afines al gobierno.

Yo iba dispuesta a todo. Es decir estaba resignada a escuchar de viva voz lo que ya había leído: un regaño proverbial en el que saldría muy mal parada mi querida ciudad y sus “planificadores”. El calificativo “anticiudad” que saltó días antes de su boca a la libreta de la joven periodista Mirelis Morales todavía me azotaba el alma. Sin embargo, después de las presentaciones de rigor, el Bohigas que hablaba desde el podium era otro.

Su voz queda y monótona –uso el término sin ánimo peyorativo, en su más pura acepción de uniformidad– aunada a un déficit de audio, generó algunas protestas. Pero a medida que transcurría la charla me sorprendía escuchando más a un catedrático aburrido de repetir mil veces la misma teoría que al revolucionario urbanista que, con sus ideas innovadoras, cambió para siempre la vida de Barcelona y sus habitantes.

No sé si fue el cansancio de varios días de incesantes preguntas –de difícil respuesta– o la antipática exigencia de la “receta fácil” que nos sacaría del caos. Acaso el agobio de quedar atrapado en alguna de nuestras interminables trancas, no es fácil para alguien que defiende al peatón desplazarse en una ciudad donde el carro es el rey porque la gasolina es más barata que el agua. Quizás fue el llamado a la moderación que le hiciera un amigo caraqueño al que tenía tiempo sin ver. En fin. Lo cierto es que Bohigas esa noche fue más académico y menos regañón.

Siempre que veo fotografías de Barcelona, su rambla y sus calles llenas de gente a toda hora; la Sagrada Familia suerte de rompecabezas inacabado que legó Gaudí; sus faroles góticos iluminando edificios contemporáneos; su acento en la ELE y su estatua de Colón que como un faro guía a los turistas, me lleno de admiración por una ciudad que vive para reinventarse. El equipo imbatible que conforman Estado-promotores-profesionales-vecinos sigue dando sus frutos.

Oriol Bohigas ha apostado a privilegiar el espacio público para el disfrute del ciudadano común rompiendo las reglas de los grandes planes maestros. Sus recomendaciones apuntan a pequeñas soluciones enmarcadas dentro de zonas controladas para crear efectos positivos que irradien al resto del territorio. No suena inalcanzable ni demasiado lejano.

Actualmente Caracas es un caldero de cotufas. Todo es ruido y formas azarosas. Explotan urbanizaciones sin control, sin servicio alguno y si lo dudan, pregúntenles a los vecinos del sureste. La Carlota, una oportunidad única por sus dimensiones, por su situación estratégica es un barco a la deriva. También hay otros barcos a punto de encallar. Sin embargo, en los bordes de la avenida Francisco de Miranda la Alcaldía de Chacao y el arquitecto Carlos Agel tejen un verdadero espacio público que ha crecido silenciosamente.

En Los Dos Caminos una exitosa gestión de la Alcaldía de Sucre y los arquitectos Oscar Capiello y Francisco Pimentel está generando una hermosa plaza junto al centro comercial Millenium.

Tal vez en Las Mercedes la alfombra roja que el arquitecto Jimmy Alcock creó para su centro, remate sus bordes con la caminería que están construyendo.

Y ese balcón que el arquitecto Oscar Tenreiro tiñó de azul mejore sensiblemente la calidad de vida de los habitantes de las Minas de Baruta.

Tal vez, tal vez…

domingo, 5 de octubre de 2008

"CARACAS ES UNA ANTICIUDAD"

Con esta lapidaria frase el conocido arquitecto catalán Oriol Bohigas define sin tapujos a Caracas. Ésta y algunas otras sentencias de igual tenor forman parte de las respuestas que diera el laureado arquitecto a la periodista Mirellis Morales de El Universal en una entrevista publicada hoy. Haz clik aquí para leerla completa.
Mañana espero poder oirlo personalmente en la conferencia que dictará en el IESA a las 6:00pm.

Ya les contaré...

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